Podríamos
seguir criticando millones de noticias, de videos, de documentos con cierta
relación con las educación, pero parémonos a pensar en una cosa, ¿Saben que
puede opinar una niña de 14 años con respecto al sistema educativo y políticas
educativas, y qué cosas le pueden inquietar o no en la actualidad y en su
futuro? Pues lean atentamente lo que me contesta María Regalado de 14 años
sobre esta gran pregunta que se le plantea.
“La política educativa aprobada por el gobierno del Partido Popular,
publica una clara privatización del sector de la educación. El camino a la
universidad por lo tanto, es un camino difícil. La preparación académica previa
es fundamental, obtener buenos resultados académicos desde la ESO, pasando por
el Bachillerato es primordial para poder tener opciones para decidir qué
carrera cursar. El tener buenos hábitos de estudios es necesario para poder
fortalecer la base de la decisión que tomaré dentro de pocos años. Tengo que
tener claro lo que quiero estudiar, para ir trazando el camino correcto. Quizás
lo más difícil es saber elegir con tan poca edad, porque me condicionará el
resto de mi vida. Una buena elección será un mejor futuro.
El paso previo es
la elección de las asignaturas de cuarto de la ESO y el decantarme entre las
opciones de bachillerato en función de la carrera que voy a escoger. Mis
opciones de futuro es una decisión que debo coger hoy. Por eso, el sistema
educativo actual de España pienso que nos ayuda nada en el tema de seguir lo
que queremos ¿algunos motivos? La disminución del valor de las becas y los
requisitos para poder optar se han visto disminuidos. Se crea la cultura del
esfuerzo, no es algo que esté mal, todo lo contrario, años atrás como en muchas
otras cosas se ha desaprovechado el dinero bastante, sin escaparse de ello, las
becas que muchos sin hacer el más mínimo esfuerzo obtenían para viajar o
comprarse sus “modelitos”. En ese aspecto la nueva ley ha supuesto una norma a
este robo de dinero que se les da a los alumnos para que lo usen en sus
estudios y no en caprichos personales.
Otra cuestión bien
distinta es los porcentajes de aprobados que hay que tener para poder ser
beneficiario, que se ha convertido en algo ficticio. El no poder aprobar el
100% de los créditos supone simplemente optar al pago de la matrícula y el transporte, materiales, asignaturas
suspendidas… han de ser pagadas por el alumno. ¿Por qué mejor no hacer una
consideración por todas aquellas familias de clase “media-baja”, y por aquellas
personas que simultáneamente trabajan y estudian a la vez y que con esta nueva
ley son incompatible. Se ve que el ministerio y sus asesores provienen de
familiares con altos poderes adquisitivos. Deberían reflexionar y ponerse en la
piel de las familias que no llegan a final de mes, esos padres que muy a pesar
suyo no podrán enviar a sus hijos a la
universidad, consecuentemente de que las propias universidades se encontrarán
vacías en unos años puesto que cada día en este país las rentas de las familias
son inferiores y donde solo los ricos podrán tener acceso a la universidad. Mi
cuestión es, ¿las ayudas no son para las personas más necesitadas? He llegado a
la conclusión de que tanto el gobierno en su totalidad, como sus asesores,
realmente no saben dirigir este país, se supone que han de conseguir el máximo
rendimiento con los mínimos gasto, donde creo que si se han cumplido lo de los
mínimos gasto para maquillar sus cuentas, pero lo del máximo beneficio lo dudo,
a penas que lo que quieran es generar un país de gente insuficientemente
cualificada”
¿Como nos quedamos después de terminar de
leer esto? ¿Qué cosas eres capaz de destacar de todo lo que ha dicho en este
escrito? Principalmente deberíamos quedarnos con la boca bien abierta al leer
como ella, simplemente con 14 años, ya se encuentra o se ve envuelta en esa
trama en el que nos ha metido nuestro gran y más preciado gobierno.
¿Qué opinan? ¿Creen que los
jóvenes a esas edades son capaces de tomar la decisión o camino correcto para
sus propios futuros? Más bien, lo que se puede captar de la realidad, es que se
centran más en mercantilizarnos, especializarnos únicamente para conseguir personas
específicas de cada uno de los trabajos necesarios en nuestra sociedad, que en
centrarse en educarnos, en llenarnos de valores, actitudes y aptitudes
necesarias para hacer frente a las realidades que se nos deparan. María se
centra y nos deja entrever las preocupaciones por las notas, por las
calificaciones, por números que determinarán el día a día de su pasado,
presente y futuro. En donde estamos convirtiendo el sistema educativo en una
prueba para mejorar en el informe PISA y donde erróneamente se piensa que la
educación es solamente lo que se ve en el informe, y no, la educación va mucho
más allá de todo ello.
Y como no, nos delita
haciendo mención a nuestras gran amigas las “becas”, si buscamos en la Real
Academia Española la palabra “beca”, nos indican que son subvenciones para
realizar estudios o investigaciones. Ahora bien, ¿Para quién?, ¿Cuántas y
cuantos no consideramos que deberíamos poder optar a una cuantía de beca ya sea
fija o variable? ¿Cuántos alumnos no ven como individuos a los cuales el dinero
les sobra, o no exactamente les sobra, pero sí que cuentan con el necesario y
el gran ministerio de educación les premia con una grandiosa beca? A ello es a
lo que nos enfrentamos en la realidad, a que se lleguen a tomar medidas
extremas de tener que aprobar todo para poder optar a ella o que cumplan los
requisitos tan famosos que tienden a poner. Pues por todo ello por el mal
desperdicio que han llegado hacer, es
por lo que al día de hoy tienden o deben como indican, a tomar medidas tan rigurosas.
Y ¿qué conseguimos con todo esto? Conseguimos volver a retroceder en el tiempo,
volvemos a caer el en socavón de que solo los “ricos” o “privilegiados”, como
prefieran llamarlos son los que podrán estudiar, optar por unos estudios
universitarios y ser aquellos que la sociedad envidien. ¿Es justo todo esto?
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