Una
de las inquietudes de los estudiantes este año ha sido la tardanza en la
tramitación de las becas del MECD. Este curso ha cambiando el sistema de
reparto de becas, el cálculo del importe
de las becas se hace en función de un parte fija y otra variable. De la parte fija son beneficiarios alumnos
con rentas bajas y a aquellos que viven fuera del domicilio familiar. Esta
parte es la que se ha comenzado a distribuir primero. Por otro lado, una vez
distribuida la parte fija, el resto del presupuesto está destinado a la parte
variable que se calcula teniendo en cuenta la nota media del alumno y el
conjunto de los becados de su rama de conocimiento y el nivel de renta de este.
¿Cuál
ha sido el problema?
La
gran discordia este curso escolar ha sido la ineficacia de un sistema de
repartición de becas además de ser injusto, incoherente y desequilibrado. Esta
nueva aplicación en el reparto de ayudas ha causado en los alumnos una
desbordada incertidumbre por no saber qué será de ellos en un futuro no muy
lejano. No solo es que el retraso sea abismal sino que no se abona toda la
cuantía. Estamos a principios de Abril y aún la parte variable no ha sido
resuelta. Dentro de las diversas características de cada alumno, podríamos
destacar aquellos que viven fuera de su domicilio familiar, cuyos miembros se
encuentran en paro o no obtienen ningún tipo de subsidio. Nos encontramos
también ante alumnos que se desplazan hasta 60 kilómetros todos los días para
poder acudir a clase y que no han percibido ayuda de transporte. Es un caos
absoluto pues se han endurecido los
requisitos para este nuevo curso, lo que significa que desde el curso pasado
los estudiantes han estado pendiendo de un hilo, con la presión y la angustia
por conseguir optar a becario este año para que la recompensa sea este desastre
y hachazo a las becas.
Lo que aquí sucede es que los estudiantes no son
conscientes de que el más fuerte es el que sobrevive, entendiendo fortaleza por
acomodado económicamente. Ponen trabas para cercar la posibilidad de formarte y
de ascender de estatus, pero ni quienes consiguen cumplir con los requisitos
obtienen su recompensa. Y es que analizando los umbrales de renta para los que
se concede la beca compensatoria (parte fija), en el caso de un estudiante como
miembro independiente tiene que encontrarse en el umbral 1 que no es más que el
umbral de riesgo de pobreza que marca la OCDE. Si señores, tienes que ser pobre
para percibir la dichosa cuantía económica.
Lo que no es inadmisible es que a un mes y medio
para terminar las clases lectivas los alumnos no hayan percibido aún la parte
variable. Ser becario significa para muchos permitir legitimar sus estudios y
muchos a pesar de cumplir con los requisitos exigidos, se ven en la obligación
de abandonar sus estudios por un retraso en la aportación de las becas que sí
tienen concedidas. Esto no se puede consentir, no sólo juegan con nuestro
dinero sino que permitimos que jueguen con nuestro destino.
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