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miércoles, 2 de abril de 2014

Increíble, pero cierto


Hace unos meses volvía a circular la noticia de que un estudiante estadounidense de 16 años creaba un sensor de papel capaz de detectar en cinco minutos tres tipo de cáncer: el de páncreas, el de ovarios y el de pulmón. Esta prueba podía detectar el cáncer en las etapas más tempranas, es decir, cuando una persona tiene casi el 100 por ciento de posibilidades de sobrevivir y mejor aún, tiene un costo de 3 centavos de dólar.

Jack Andraka se presentó como ponente en la Ciudad de las Ideas y explicaba que su interés por investigar sobre la enfermedad se debía a la muerte de un familiar por cáncer de páncreas. Por ello,  inició una búsqueda por Google y Wikipedia que le llevó a recoger información tan valiosa como para adentrarse en la investigación que ha llevado a cabo. Si bien es cierto, de 200 solicitudes que envió a los laboratorios de Universidades, solo la Johns Hopkins se ofreció a apoyar su proyecto.

Este joven puntualizaba aquellos obstáculos a los que se enfrentan los individuos para acceder a materiales o investigaciones del mundo de la ciencia, así como el derecho que todos deberíamos de tener en cuanto al acceso a la información y no  solo aquellos que puedan pagarla.

Lo increíble de este suceso es cómo un estudiante de secundaria puede llegar a encontrar una forma de diagnosticar cáncer sin apenas formación en el campo, tras una búsqueda rápida por Google.  Es decir, tenemos un claro ejemplo para puntualizar de forma positiva el gran avance que significa incorporar las tic en las aulas; cómo las personas independientemente de los conocimientos que posean puedan crear de la nada tan fantásticos proyectos; o cómo si todos tuviéramos el poder para acceder a cualquier información podríamos convertirnos en un Jack Andraka. No obstante, aunque no sepamos si esta prueba conseguirá comercializarse y al precio que antes comentábamos, incluso no interese a la industria farmacéutica; aún no triunfando, hemos descubierto el caso de un chico perseverante con talento que por una muy buena razón justificó lo que podría ser uno de los descubrimientos sociales eficaces con acceso a todos los bolsillos.
Hace hincapié y finalizaba su ponencia resaltando que las grandes ideas pueden llegar a cualquier individuo y por eso mismo, no ve justo ni entiende que se pueda discriminar el acceso a la información, porque cualquier joven que se encuentre en su clase de biología puede tener una gran idea revolucionaria.

Y es que quien tiene el conocimiento, tiene el poder. ¿ Qué sucede? Que no importa cuán importante sea una idea si realmente no beneficia a quienes nos manejan. Pero lo que sí está claro es que las mentes brillantes no dejarán de sorprendernos e incitarán a más individuos a copiar sus acciones porque lo que sí es evidente es que no tienes que ser doctorado en bioquímica para crear, innovar o simplemente ayudar al resto.

Veo desde los ojos de los gigantes y así es como veo tan lejos.

       Isaac Newton.

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